Líderes y lideresas sociales colombianas exiliadas en 13 países comparten sus aportaciones a la paz en un seminario en la Universidad de Barcelona.
«Hay una Colombia no reconocida, olvidada, que no aparece en los informes institucionales ni en ninguna estadística, y es la que está en el exilio y en la migración forzada, la que tuvo que salir de su país por la situación de violencia, por la persecución directa», destacó Edinson Cuéllar Oliveros, miembro de Construyamos Paz, en el VI Seminario Internacional de Pensamiento Crítico: Aportaciones desde el exilio y la migración a la transformación social en Colombia.
El acto se celebró el 29 de octubre en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, en el marco del programa “Implementación dels Acuerdos de Paz a Colombia. Por una paz real, estable y duradera”, impulsado por la Asociación Catalana por la Paz y la Fundación Solidaridad UB, con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD).
Desde el exilio, organizaciones sociales colombianas han dado continuidad a sus luchas; por ejemplo, el Foro Internacional de Víctimas está presente en más de una veintena de países. «Hablamos de una participación pluralista en el exterior que ha logrado un objetivo común entre posiciones que parecían irreconciliables. Se trata de un sujeto político transnacional articulado alrededor de la paz de Colombia, que está trabajando por una apuesta política y social en el país, a la vez que aporta a la garantía de los derechos dentro de las sociedades receptoras», afirmó Sandra Torres Acosta, coordinadora del informe ‘Lo que la violencia no pudo acallar. Reinvención organizativa desde exilio‘, que se ha entregado a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad.
Al respecto, Edinson Cuellar subrayó que la sociedad colombiana «ha logrado tener una comisión de la verdad para que cuente qué es lo que pasó durante todos estos años de violencia». «Queremos hacer esa transición superando las causas estructurales del conflicto y de la violencia, queremos saber qué ocurrió para que no vuelva a ocurrir, y que se juzgue a los responsables, y se encuentre a los desaparecidos y desaparecidas», apuntó el representante de Construyamos Paz.
Contexto de lucha social en Colombia
El seminario se celebró sin olvidar el contexto de Paro Nacional y estallido social en Colombia, que se enmarcó en un contexto más amplio de luchas sociales, tanto en América Latina como también en Europa y Estados Unidos.
«Antes de la pandemia, se produce una nueva edición de la huelga de masas en América Latina. Primero, en Chile, por un alza en el pasaje del metro, y en Ecuador, por un alza en el precio de la gasolina. Luego en Bolivia, por la lucha contra el golpe de Estado, y allí mismo se repite en 2020 para conseguir la convocatoria de elecciones», explicó Héctor Mondragón, investigador social exiliado en Brasil, quien también hizo referencia a las luchas iniciadas en Estados Unidos y Europa, a raíz del asesinato de George Floyd y del derribo de la estatua del comerciante de esclavos Edward Colston, en Bristol. «Estados Unidos y Europa comienzan a comprender lo que es el colonialismo y la esencia del sistema que nos oprime, no solo en América Latina, sino internacionalmente», sentenció Mondragón.
«En Colombia, el estallido social, la huelga de masas o el repunte de la movilización obedece a muchos años de resistencia y de lucha de muchas generaciones que alzaron la bandera en la idea de una Colombia mejor», añadió la directora del Semanario Voz, Claudia Flórez, quién opinó que el Paro Nacional no es una convocatoria puntual, sino «un proceso de resistencia callejera y de los barrios, que sigue protagonizado por la juventud colombiana».
Sobre ese Paro, Myriam Ojeda Patiño, Consejera de Paz para el Exterior, dijo que había sido «una foto instantánea para reflejar los avances derivados de los Acuerdos de Paz, pero también para ver las desgracias colectivas, como el hecho de que las instituciones del Estado siguen replicando los modelos de la guerra». «En medio de nuestras diferencias y diversidad», opinó Ojeda, «debemos buscar una agenda común contra el fascismo, que se centre en la paz, los derechos humanos y los derechos fundamentales en un marco de ampliación democrática».
La aportación catalana a la construcción de paz
El seminario también contó con las intervenciones de Carme Gual, directora de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD); Laura Lorenzi, presidenta de la Taula Catalana per la Pau i els Drets Humans a Colòmbia, y las diputadas del Parlament Jessica González (En Comú Podem) i Basha Changuerra (Candidatura d’Unitat Popular), quienes formaron parte de la delegación catalana que visitó Colombia el pasado mes de junio y emitió el informe La violencia de la Fuerza Pública vulnera los derechos fundamentales en las protestas
del Paro Nacional.
Carme Gual destacó como, «en el contexto de Paro Nacional, se han incrementado las persecuciones, las judicializaciones ilegales, las desapariciones forzadas y los asesinatos en los colectivos activistas, pero también en la población juvenil que se ha incorporado a la primera línea de la protesta». Por ello, la directora de la ACCD explicó que este organismo ha reforzado «los mecanismos de protección de defensores y defensoras en el país y la asistencia técnica para hacer cumplir los mecanismos de prevención y de investigación».
Sobre la visita de la delegación catalana a Colombia, Jessica González contó que viajan al país «con la visión de que están habiendo violaciones de derechos humanos y hay una responsabilidad por parte del Norte global, en tanto en cuanto se han expoliado los territorios y las relaciones económicas pasan por atentados contra la vida». Basha Changuerra detalló como, a través de los datos y registros de las organizaciones civiles, la delegación constata que «se está produciendo un etnicidio (porque hay claramente un sesgo étnico-racial), un juvenicidio (porque hay claramente un sesgo juvenil), y un ecocidio (porque hay claramente una disputa por el territorio que amalgama e intersecciona lo demás)».
Los encuentros de la delegación con movimientos sociales e instituciones contaron con la cobertura de la Taula Catalana per la Pau i els Drets Humans a Colòmbia. Su presidenta, Laura Lorenzi, recordó en el seminario que «casi 300 guerrilleros y guerrilleras firmantes de la paz y más de 1.200 defensores y defensoras de derechos humanos han sido asesinados desde la firma del Acuerdo». «Todo ello», recalcó Lorenzi, «en un contexto de total impunidad nacional e internacional».
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