El día 11 de
septiembre salió de Gaza el último de los 3000
soldados que Israel tenía desplegados en la Franja, poniendo
así punto y final a 38 años de presencia militar. A última hora, el
Gobierno de Israel cambió su opinión y la del
Tribunal Supremo, y decidió no destruir las 26 sinagogas que
se encontraban en los asentamientos, pasando la responsabilidad al
Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Pese a la
evacuación, es pronto para hablar del final de la
ocupación debido a que Israel todavía controla el
espacio aéreo y marítimo, además de
aspectos básicos para la supervivencia de Gaza como los
pasos fronterizos, las aguas territoriales, y la circulación
de bienes y de personas. Ante esta situación,
el territorio de la Franja de Gaza podría convertirse en una
prisión, un campo de ruinas en el que se hacinan alrededor
de un millón de palestinos que dependen de Israel para su
supervivencia. Así lo expresaba Simon Peres tras la
evacuación: “Se debe procurar que Gaza no se
vuelva una prisión. Se debe permitir a los palestinos vivir
honorablemente”. El dirigente laborista también
reconoció que "la estancia de Israel fue un error
histórico; estoy orgulloso de que se haya corregido". Por tanto, todavía
bajo ocupación israelí, las previsiones futuras
para Gaza y Cisjordania pasan por dos escenarios posibles: La
creación de un Estado Palestino viable, o el mantenimiento
de una situación colonial con características de
la Sudáfrica del apartheid. |
Enlaces relacionados:
Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel
Autoridad Nacional Palestina (ANP)
Dossier de la BBC sobre Israel y Palestina