EL CONFLICTO DE TIMOR ORIENTAL

En 1975, Indonesia invadió la parte oriental de la isla de Timor, convirtiéndola en la 27ª provincia de este gigantesco país, que cuenta con una población de más de 206 millones de personas, que hablan más de trescientas lenguas diferentes, que habitan más de 16.000 islas y que profesan mayoritariamente la religión musulmana.

Desde la segunda mitad del S.XVI hasta la invasión Indonesia, Timor Oriental fue una colonia portuguesa. Con la llegada al poder de la izquierda en Portugal, materializada en la Revolución de los Claveles (25 de abril de 1974), se puso en marcha el proceso de descolonización. Este proceso fue interrumpido inmediatamente por la invasión indonesia. Indonesia justificó su acción alegando la existencia de un grave peligro de confrontación civil.

La violación de la integridad territorial de Timor fue posible gracias a la pasividad de la comunidad internacional y la complicidad de determinados países. Australia, Gran Bretaña y los EEUU, dieron "luz verde" a la acción de Yakarta debido a que, en el contexto de la guerra fría, consideraban a Indonesia y su régimen dictatorial un freno a la extensión del comunismo en Asia.

Las Naciones Unidas, por su parte, no han reconocido nunca la anexión de Timor Oriental por parte de Indonesia. Durante muchos años esta organización sólo se limitó a aprobar resoluciones de condena, como por ejemplo la Resolución 384 del Consejo de Seguridad en la que se reconocía la integridad territorial y el derecho a la autodeterminación del pueblo de Timor Oriental, así como la figura de Portugal como potencia administradora. En esta misma resolución, Naciones Unidas pedía la retirada de las fuerzas indonesias del territorio ocupado. La utilización del derecho de veto por parte de los EEUU ha evitado toda implicación directa de les Naciones Unidas, tanto en lo que se refiere a la finalización del proceso de descolonización como a la solución definitiva del conflicto. De esta manera, las Naciones Unidas y la legalidad internacional consideran, en virtud de la no realización de un proceso de autodeterminación, que el proceso de descolonización no ha finalizado.

 

INDONESIA

El destino del pueblo de Timor Oriental ha estado, desde su invasión en 1975, ligado a la dinámica interna de Indonesia y a la actitud de la comunidad internacional. El general Suharto (que governó Indonesia hasta el 1998), su familia y la cúpula militar del país construyeron una basta red de negocios que se extiende por todo el territorio de Indonesia y que acapara numerosos sectores de la economía. El territorio de Timor Oriental no es una excepción, la familia de Suharto es propietaria de 564.867 hectáreas en Timor Oriental, y de 9 millones en toda Indonesia, una superficie equivalente a la de Portugal. Los intereses económicos de la familia de Suharto y de algunos militares de alto rango se pueden seguir en Timor a través de las empresas de extracción y comercialización de perlas, del gas y el petróleo del Mar de Timor (que hasta ahora explotan conjuntamente Indonesia y Australia), café, caña de azúcar, madera de sándalo, mármol, constructoras, fábricas de cemento, etc.

La situación interna actual de Indonesia es un elemento clave a hora de contemplar una posible solución de la cuestión de Timor Oriental. Indonesia se encuentra en un período de inestabilidad política y inmersa en una grave crisis económica. Son muchas las variables a tener en cuenta en próximos acontecimientos. La actuación del gobierno interino dirigido por Jusuf Habibie, la toma de posesión en noviembre de 1999 del primer gobierno de oposición elegido en 35 años y las disensiones existentes en el interior del ejército (encabezado por el General Wiranto y verdadero poder político en Indonesia) son cuestiones a tener presentes en la evolución de la situación de Timor Oriental.

Por otro lado, y esta es una de las principales preocupaciones de la cúpula militar indonesia, el caso de Timor oriental puede llegar a ser un precedente para otras provincias indonesias como Aceh (en la isla de Sumatra) y Irian Jaya (Papua Este). Éstas también piden la independencia, a pesar de que su situación des del punto de vista del Derecho Internacional no es equiparable a la de Timor Oriental.

 

EL PAPEL DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

También es necesario, para entender la situación actual, tener en cuenta el comportamiento de la comunidad internacional y, sobre todo, la posición de determinados países (EEUU, Australia, Gran Bretaña, Japón). El día 5 de mayo de 1999 , un acuerdo entre Indonesia, Portugal y las Naciones Unidas, abrió el camino hacia la celebración de una consulta popular en la que los timorenses debían escoger entre su independencia o la integración definitiva en Indonesia. Esta consulta finalmente tuvo lugar el 30 de agosto. En la decisión de Indonesia de aceptar esta consulta (Indonesia siempre ha rechazado el término referéndum) han tenido peso algunos cambios en la esfera internacional.

Por un lado, el cambio de posición de Australia, que tradicionalmente no había sido favorable a los deseos de autodeterminación del pueblo de Timor Oriental. Recordemos que Australia fue el único país que reconoció la anexión de Timor por parte de Indonesia. Parece que el cambio de gobierno en Australia ha posibilitado este cambio de actitud. Por otro lado, también los EEUU han hecho un aparente cambio en su política de apoyo al régimen autoritario de Suharto. Según Noam Chomsky, la retirada de este apoyo responde a dos cuestiones: la negativa de Suharto a aplicar las draconianas medidas dictadas por el FMI y la incapacidad del dictador para controlar la revuelta popular. Estos hechos propiciaron la retirada del poder de Suharto (únicamente unas horas después de que Madeleine Albright pidiera su dimisión) y la celebración de las primeras elecciones en 35 años. Hemos de tener en cuenta que a pesar de las graves violaciones de los Derechos Humanos denunciadas por Amnistía Internacional y Human Rights Watch, tanto los EEUU como Gran Bretaña han vendido armas y ofrecido apoyo militar a Indonesia durante muchos años. Contribuyendo a la formación de un ejército bien equipado y entrenado en las técnicas más modernas de lucha contrainsurgente.

 

EL PROCESO DE CONSULTA POPULAR

Durante el proceso de despliegue de la Misión de Naciones Unidas para Timor Oriental (UNAMET y la preparación de la consulta –que técnicamente se llevó a cabo de manera correcta-, las condiciones de seguridad (que debían estar garantizadas por Indonesia) no fueron las adecuadas, como el mismo Kofi Annan señaló en julio de 1999.

La impunidad con la que actuaban las milicias pro-integracionistas, que contaban con el apoyo explícito (aprovisionamiento de armas) y la pasividad del ejército indonesio, permitió a éstas continuar con los ataques que afectaban tanto a pro-independentistas como a miembros locales de la UNAMET. El triunfo de la opción independentista en la consulta provocó un empeoramiento de la situación. Las milicias pro-integracionistas iniciaron una oleada de violencia que tuvo como objetivo principal a la población civil.

Después de dos semanas de caos, asesinatos, desplazamientos forzados de población y de la pasividad de la comunidad internacional, el 15 de septiembre, Naciones Unidas aprobó una resolución con la que autorizó el envío de tropas de pacificación a Timor Oriental (INTERFET). Esta fuerza, comandada por el General australiano Peter Cosgrove, comenzó a desplegarse el día 20 de septiembre de 1999, y será la encargada de pacificar el territorio y de poner las bases para la implementación del resultado de la consulta. Todo y el claro resultado a favor de la independencia expresado por los timorenses, algunas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores de Indonesia, Ali Alatas, hacen pensar que aún existen importantes reservas del gobierno indonesio a la hora de aceptar un Timor Oriental independiente.

 

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