El gobierno federal ha conseguido forzar el compromiso de los principales partidos de la oposición en su proyecto de reforma del régimen y está utilizando las negociaciones con el EZLN para hacer creer que los problemas de México tienen solución. Estas maniobras han permitido al gobierno desviar la atención para llevar a cabo una nueva ofensiva contra las ocupaciones del campo y la insurrección zapatista en Chiapas. Así, han sido desalojados por la fuerza miles de campesinos en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y en otros estados. Aun así, parece que Méjico se ha despertado y el movimiento revolucionario que se ha iniciado está lejos de poder ser detenido.
El artículo se divide en dos apartados: uno habla sobre la defensa del petróleo y el otro, sobre la cuestión de la tierra. Todo lo que se explica son las consecuencias de la política neoliberal del gobierno y las movilizaciones y la lucha contra esta política.
En defensa del petróleo y contra la política que está permitiendo liberar la mayor parte de este sector, símbolo de la soberanía nacional mejicana, en sectores mayoritariamente extranjeros, hubo numerosas movilizaciones en el transcurso de la jornada del 18 d marzo, coincidiendo con el aniversario de la expropiación del petróleo mejicano. Estas manifestaciones se produjeron por todo el país. Destacan las 40.000 personas en el estado de Tabasco que ya habían realizado muchas acciones, no sólo contra la venta del petróleo, sino también contra los daños ecológicos que este sector está produciendo. De hecho, el problema ecológico es un verdadero drama en muchos lugares del país. En el Distrito Federal, más de 50.000 personas marcharon por el centro de la ciudad. En otros lugares como Veracruz, Chiapas, Guanajuato, Durango, etc., entre 10.000 y 13.000 personas asistieron a las concentraciones.
El 18 de marzo no sólo fue una jornada exclusiva para las reivindicaciones contra las privatizaciones del petróleo. Los maestros de todo el país también se movilizaron para reclamar un aumento de sueldo, democracia sindical y la reforma del sistema de seguridad social. Cabe destacar la manifestación de 30.000 personas que se hizo a favor de los y de las maestras y en contra de las privatizaciones petroleros.
El 10 de abril les tocó el turno a los agricultores y campesinos. Las movilizaciones se centraron en Chiapas y en otros estados donde este sector es básico para millones de personas. En Chiapas, la Asamblea Estatal Democrática del Pueblo de Chiapas (ADEPCh) detectó el bloqueo de carreteras, marchas en las principales ciudades y la ocupación simbólica de 15.000 hectáreas. En total participaron 45.000 personas.
En Guerrero, integrantes del grupo agrario FACMLN (al que el EZLN ha mencionado en muchos de sus comunicados) realizaron una fuerte movilización con grandes demandas (indemnizaciones a las viudas de Aguas Blancas, entrega de fertilizantes para el campo... ) que fueron atendidas por el gobierno del estado. En Tepozlán, Morelos, los participantes fueron reprimidos por la policía, con el resultado de un muerto y muchos/as heridos/as.
Todas estas luchas tienen un profundo significado.
Por una parte, manifiestan que la política neoliberal del gobierno
ha empobrecido y perjudicado la mayor parte de la sociedad civil. Por otra
parte, significan igualmente que los/las obreros/as, campesinos/as, etc.
Se han despertado y se están reagrupando en movimientos civiles de
protesta. Es necesario que situemos estos movimientos como respuesta a un
contexto de represión y expulsión de miles de personas que
ocupaban tierras y que se produjeron entre noviembre y diciembre de 1995.