PROYECTO DE LEY SOBRE LOS HIDROCARBUROS
El anteproyecto
de ley relativo a los hidrocarburos, el cual preveía modificar sensiblemente
la ley
de 1986, enmendada en 1991, plantando las bases de un mercado libre y competitivo,
regulado por entidades estáticas autónomas, ha sido congelado
hasta nueva orden.
En principio el texto consagraba la vuelta al Estado de su rol de propietario
del dominio minero, de promotor de la inversión y de regulador de la
actividad económica en el interés público. Lo que implicaba
el abondono de compromiso del Estado de controlar las actividades comerciales
y de tener el monopolio sobre éstas. En este sentido, se da una mayor
competencia, así como una liberalización de precios.
También estaban previstos varios cambios como el de la limitación
del recurso de las empresas nacionales a la garantía del Estado, así
como el control de costes y la incitación de estas empresas a la eficiencia.
En cuanto a las repercusiones previstas por esta ley destaca una mayor contribución
del capital privado hacia el crecimiento del sector, una diversificación
de las exportaciones y de los ingresos del Estado, y el desarrollo de las PME
( pequeñas y medianas empresas ) alrededor de los complejos industriales.
A través de qué instrumentos? El proyecto de ley pretendía
la instauración de un régimen fiscal claro, atractivo, de mayor
competitividad, de mejor transparencia, pero también la movilización
de financiamientos privados importantes. Se trataba también de consagrar
la apertura del sector a todo inversor privado o público, nacional o
internacional.
En cuanto a la compañía nacional Sonatrach,
el anteproyecto de ley preveía su transformación en un operador
al mismo nivel que los otros, algo que es hoy en día ineludible para
toda compañía con deseos de invertir en el sector en Argelia y
de asociarse con la compañía nacional. De todas formas, está
previsto que Sonatrach mantenga un derecho de prioridad sobre todo descubrimiento
comercial donde ella no esté operativa: “ Cada contrato de búsqueda
y explotación contendrá una cláusula que abrirá
a Sonatrach, cuando ésta no sea contratante, una opción de participación
que podría alcanzar el 30%, sin ser inferior al 20%”. ( artículo
45).
REFLEXIONES SOBRE EL PROYECTO DE LEY DE LOS HIDROCARBUROS
La búsqueda de petróleo y gas y su explotación constituyen
el corazón mismo de la actividad de Sonatrach. Es en este dominio que
el anteproyecto de ley prevé la mayor apertura de capital privado. Si
este texto fuera adoptado, la ley permitiría entonces a cualquier empresa,
nacional o extranjera, adquirir en propiedad el 70% de resevas petrolíferas.
Los artículos del 16 al 55 del título II que tratan del montante
petrolero, estipulan que “el contrato de búsqueda confiere al contratante
el derecho exclusivo de ejercer en el perímetro definido por el propio
contrato” ( artículo 21).
¿Quién puede ser el contratante? “ La o las personas firmantes
del contrato de búsqueda y explotación o del contrato de explotación”.
( artículo 4).
“Los hidrocarburos extraídos en el marco de un contrato de búsqueda
y/o explotación son propiedad del contratante”. ( artículo
22).
En resumen, toda empresa petrolífera extranjera, teniendo las capacidades
técnicas y financieras necesarias, puede firmar contrato para explotar
los campos petrolíferos argelinos, con la condición de conceder
entre un 20 y un 30% de participación a Sonatrach, que tiene 30 días
para aceptar o rechazar la oferta. En el caso de rechazar, la empresa extranjera
sería la propietaria absoluta de los hidrocarburos extraídos.
En cuanto a la adopción de decisiones, todas serán a cargo de
la empresa extranjera, que dictará la política de explotación,
el ritmo de inversiones, producción...
Además, si comparamos todas estas nuevas disposiciones con la ley de
1986, vemos como todo lo planteado en el nuevo anteproyecto es completamente
lo contrario. Es decir, que Sonatrach, con la legislación anterior, mantenía
todo el poder decisorio, y que como máximo cedía un 49% de la
explotación a una empresa extranjera.
Para los que se han opuesto a esta privatización, el petróleo
y el gas para Argelia no son sólo una fuente de ingreso de divisas, sino
también una garantía de independencia. Dejarlos en manos de empresas
extranjeras se interpreta como que el país no es capaz de administrar
por sus propios medios la columna vertebral de su economía.
La privatización o el fin del monopolio de Sonatrach sobre los hidrocarburos
va a constituir la línea de frente que Bouteflika y su equipo utilizarán
para preservar su poder, y para hacer triunfar una política económica
que depende mucho de la actitud de los EUA y de Occidente, que están
por la privatización.
El problema es que Bouteflika y su ministro de energía, Chakib Khelil,
no disponen del margen de maniobra necesario. En contra no sólo tienen
a la UGTA ( Unión General de Trabajadores argelinos), que convocó
dos días seguidos de huelga general en el mes de febrero, sino también
a los patrones del petróleo y, últimamente, incluso hasta los
partidos políticos.